miércoles, 29 de octubre de 2014

Un sueño blanco

A veces en noche ladran perros que me desvelan. ¿Tú no los escuchas?. Son perros que logran asustar, que ponen en jaque a nuestra pequeña seguridad, que arrastran a las tinieblas de la tristeza, del anhelo de sus ojos, de su pelo, de su olor, de su presencia. Son perros que nos odian, que nos mordieron tantas veces que casi le dejaron a uno  como dice el tango, “sin corazón por un beso que no llega o ese amor que lo engañó”. Son perros que buscan herirnos de ira, de culpabilidad, de reproches, de balances infinitos. Son perros, son perros, son perros y son hombres…
“Porque vivo ante mí mismo, porque todo me hace daño, porque conocí a la muerte y la vida es tiempo escaso…”
Entonces puedo reconocer como  el miedo paraliza mis alas, las que me hacen libre y me alcanzan el manso cielo. En ese momento, sólo deseo abrazarme a ella, cerrar los ojos y esperar a que el amor se convierta en un sueño blanco.

Hubo un tiempo en que tuve que ayudarme con unas pastillitas… ; para dejarlas y acallar algo a esos perros, en un sueño blanco, me regalaron unas musas esta canción:


Busco en la noche un blanco sueño
que me proteja de esos recuerdos
que muerden mi alma; son malos perros.
Busco en la noche dormir sin ellos.

No te equivoques, vivir es bello
pero entre sombras te hacen pequeño.

Te abrazo entonces fuerte, arrimado,
cierro los ojos imaginando
que es el amor un sueño blanco.

Muera en la noche el traje amargo,
guarda tu sueño y duerme en blanco.
Y nunca llores oscuro llanto
pues la mañana no acude en vano.

No te equivoques que si no es blanco
tampoco es negro el gris pasado.

Abraza entonces fuerte, arrimada,
cierra los ojos, ¿que imaginabas?
es el amor un sueño blanco.

No te equivoques, vivir es bello
pero entre sombras atacan perros....

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