jueves, 13 de noviembre de 2014

Pintaré ese negro mundo

Paul McCartney soñó una noche de 1964 (el año en que yo nací) la melodía de “Yesterday”. A mí me ocurrió algo parecido el domingo 2 de noviembre de 2014. Claro que ni yo soy McCartney ¡ni mi canción “Yesterday”!, mas en mi pequeño universo lo ocurrido fue más que emocionante e inusual. Era como os dije la mañana del domingo, yo dormía placenteramente y debía estar en una fase del sueño poco profunda, pues serían más o menos las 9,30 de la mañana y, suelo levantarme pronto incluso los festivos.Soñaba cosas que luego no pude recordar, Pero nítida tengo la imagen de ir caminando con una maleta antigua, grande y de cuadros por un sendero. Me costaba avanzar el equipaje pues era una maleta larga e incómoda de llevar, aún así, yo me sentía alegre y recorría el camino con energía y ganas. A  la par, escuchaba la melodía de "Pintaré ese negro mundo", pero sólo la de la estrofa (orquestada incluso) y con esta letra: “Voy con mi maleta a cuestas, prometí que en primavera, volvería a por ti. Ya pagué los platos rotos, olvidando antiguas fotos me dirijo al porvenir”. En ese instante desperté y para más señas, con un deseo enorme de ir al baño a orinar, también de beber y de lavarme la cara… Pero fui directo a tomar la guitarra, la grabadora y cantar lo que escuché en el sueño para continuar más tarde… Mas no fui capaz de parar y prácticamente escribí la canción en 15 minutos escasos… Luego, con más tranquilidad, ciertamente hice las oportunas correcciones y matices melódico/armónicos. Me emocioné mucho y creo que sobre la rémora de ese estado interpreté esa canción por primera vez en el taller del Micro Abierto de Libertad 8 que se celebraría el martes siguiente titulado “Negro”. 
Últimamente vengo opinando que una canción a lo mejor se debe explicar por ella misma. Pero a grandes rasgos, diría que el mundo se va pintando de negro en cada desengaño y en cada engaño. En los ideales que nos vendieron, en las manipulaciones que sufrimos, en la amistad o en el amor que no fue…Todo esto, después de cincuenta años te deja el cajón lleno de versos y canciones que no volverías a escribir pero que, a la vez, forman parte de ti. No creo que se pueda ni sea conveniente borrar, pero sí estoy convencido hoy que se pueden pintar de blanco.


PINTARÉ ESE NEGRO MUNDO

Voy con mi maleta a cuestas,
prometí que en primavera volvería a por ti.
Ya pagué los platos rotos
y olvidé antiguas fotos, me dirijo al porvenir.

Ya sé bien que allí afuera
todavía alzan banderas y adivino una quimera.
Voy con mi guitarra limpia
presto a repartir caricias vuelo libre, hoy al fin.

No viajo con lo puesto,
voy cargado con los versos que escribí.
Pintaré ese negro mundo
con el blanco de otro rumbo.
Libre, al fin.

Negros fueron de intenciones,
y enrocados en razones quedaron ciegos, y así,
quebrantaron ideales
de ilusiones personales con desprecio  a la raíz

Y hoy saliendo de esa tumba
no es el odio el que retumba ni aquel himno que escribí.
a negros hombres que me culpan
por mi voz. Mi alma desnuda sólo es mía y para mi.

No viajo con lo puesto,
voy cargado con los versos que escribí.
Pintaré ese negro mundo
con el blanco de otro rumbo.
Libre, al fin.

No, no creo en negros sueños,
negras culpas, negros duelos ni cadenas a sufrir.
Creo en el azul del cielo,
el blanco de los luceros y el amor cuando sentí.

No, no entregaré mi alma
a ninguna negra trampa ni me pienso definir
que pesar de los sofismas
la primavera fue la misma y esta vida es de vivir.


jueves, 6 de noviembre de 2014

Tras los bastidores de las ideologías (reflexión) - En tu estantería (canción)

Tras los bastidores de la ideologías

Tras los bastidores de las ideologías veo hombres con similares miedos y con similares ambiciones. Así, todos ordenaditos, los rojos con los rojos, los azules con los azules, los creyentes con los creyentes, los ateos con los ateos… Pero yo tras los bastidores de las ideologías veo hombres con similares miedos y con similar ansia. Así, clasificados, dependientes de lo que en sociología llaman “ideología de grupo”.
A saber, una vez clasificado, una vez ordenadito, el hombre pelea por ser aceptado y proclamado en su grupo y así, sus pensamientos acaban por ser una mezcla de miedo a ser rechazado o deseo de ser aceptado y aplaudido (que si no es lo mismo es igual) y, lo que intuye espera el grupo de él. Por eso, una vez clasificado,  el ser humano deja de ser uno para ser muchos y, en muchos casos,  es como abandonar la identidad propia, el propio pensamiento para pasar a ser un grupo que jamás será él mismo, su único y personal ser. Entonces ya no será tan importante la propia razón o el propio pensamiento como el de la común ideología. La gente sólo te juzgará por tu ideología. Por ella, para unos serás amigo y para otros, enemigo. Por ella, unos te aceptarán y otros te rechazarán.
Mas ya digo, yo sólo veo hombres con similares miedos y con similares deseos de estar arriba o de no estar abajo (que si no es lo mismo es igual)...; arriba, porque estando arriba nadie te podrá pisar, porque estando arriba nadie te podrá someter… arriba!...  fanáticamente arriba! “¡venceremos estando arriba porque nadie podrá derrotarnos!” … Mas ya digo, yo veo hombres con miedo.
Tras los bastidores de las ideologías veo muchos hombres que sólo son lo que hacen, que no suelen decir lo que en verdad son y que no suelen hacer lo que dicen. Y al final, cada hombre es sólo eso, su hacer, su manera de pasar por el mundo, de enfrentar los problemas, de relacionarse con sus semejantes; de su equidad o de su avaricia, de su odio o de su amor, de su respeto o de su agravio, de su humanidad o de su animalismo…¿qué sé yo…? Sólo que tras los bastidores de las ideologías veo hombres similares, enfrentados por similar miedo y similar afán de poder.


En tu estantería




Como el libro aquel clasificado allí
en la letra “c” de tu estantería
catalogas mi ser, cuanto yo soñé,
mi propio ideal, mi única utopía.
Ordenas mi amor según tu opinión
para encarcelarlo en tu estantería.
Ordenas mi amor en similar montón
para etiquetarlo en tu estantería.

¿En qué letra vas a sentar mi piel?
Dime,¿cómo tú me definirías?
Cuántico tal vez; todo en mí al revés,
cuanto más amé más sentí que me moría.
No me importa hoy no saber quien soy
pero sé que tu me desconocías.
No me importa hoy no saber quien soy
pero sé que tu me desconocías.

Nunca me encontré en “pret-a-porter”,
en cada color algún matiz me enfrentaría.
Mi sutil ser es propio como es
cada corazón en amante día.
No pienso anidar a ningún lugar,
a ningún rincón de tu estantería
No quiero anidar a ningún lugar,
a ningún rincón de tu estantería.